Título: Una aproximación conceptual a la Competencia Comunicativa Pedagógica
Título: Uma abordagem conceptual à Competência Comunicativa Pedagógica
Title: A conceptual approach to the Pedagogical Communicative Competence
Autor: Aidel Santos Santos
1
Institución: ALSIE s.r.l. Bolivia
Email: aidelsantos@aol.com
ORCID: 0009-0004-1035-5742
RESUMEN
En el artículo se realiza una aproximación conceptual a la competencia comunicativa
pedagógica a partir los orígenes del término y su desarrollo desde posiciones autorales
relacionadas con la lingüística, la comunicación, la sociología y la pedagogía. El propósito
del estudio es sistematizar los conceptos más relevantes sobre el tema para poner a
consideración de investigadores y estudiosos de la comunicación algunas apreciaciones
sobre la competencia comunicativa pedagógica contemporánea. El tema se trabaja con
un enfoque dialéctico, complejo, se aplica el método histórico lógico y la teoría se aborda
desde el análisis crítico y la asunción de posiciones teóricas por parte del investigador.
Los resultados de la investigación revelan la imposibilidad de enmarcase en una
definición única de la comunicación en el campo de la educación y la importancia que
revisten para la conceptuación de la competencia comunicativa pedagógica los nexos
existentes entre lo lingüístico, lo socio histórico y lo psicológico. Además, precisa que la
competencia comunicativa pedagógica debe propiciar un proceso de enseñanza
aprendizaje dinámico que posibilite la apropiación activa y creadora del conocimiento.
Palabras claves: Lenguaje, comunicación, competencia lingüística, competencia
comunicativa pedagógica.
SUMMARY
In the article, a conceptual approach to pedagogical communicative competence is carried
out based on the origins of the term and its development from authorial positions related
to linguistics, communication, sociology and pedagogy. The purpose of the study is to
systematize the most relevant concepts on the subject in order to bring to the
consideration of researchers and communication scholars some insights on contemporary
pedagogical communicative competence. The subject is worked with a dialectical,
complex approach, the logical historical method is applied and the theory is approached
1
Licenciado en Lengua Inglesa, Ph. D. en Ciencias de la Educación, se desempeña como Coordinador
Académico en ALSIE s.r.l, Bolivia. Es responsable de la planificación y elaboración de los programas de
formación posgradual a nivel de Diplomado, Especialidad, Maestría y Doctorado. Coordina el proceso de
formación Doctoral en la ALSIE s.r.l
from critical analysis and the assumption of theoretical positions by the researcher. The
results of the research reveal the impossibility of being framed within a single definition of
communication in the field of education and the importance of the links between the
linguistic, the socio-historical and the psychological for the conceptualization of
pedagogical communicative competence. In addition, it specifies that pedagogical
communicative competence should promote a dynamic teaching-learning process that
enables the active and creative appropriation of knowledge.
Keywords: Language, communication, linguistic competence, pedagogical
communicative competence
RESUMO
No artigo, é realizada uma abordagem conceitual da competência comunicativa
pedagógica a partir das origens do termo e seu desenvolvimento a partir de
posicionamentos autorais relacionados à linguística, comunicação, sociologia e
pedagogia. O objetivo do estudo é sistematizar os conceitos mais relevantes sobre o
tema, a fim de trazer à consideração de pesquisadores e estudiosos da comunicação
algumas reflexões sobre a competência comunicativa pedagógica contemporânea. A
temática é trabalhada com abordagem dialética, complexa, aplica-se o método histórico
lógico e a teoria é abordada a partir da análise crítica e da assunção de posições teóricas
pelo pesquisador. Os resultados da pesquisa revelam a impossibilidade de
enquadramento em uma única definição de comunicação no campo da educação e a
importância dos vínculos entre o linguístico, o sócio-histórico e o psicológico para a
conceituação da competência comunicativa pedagógica. Além disso, especifica que a
competência comunicativa pedagógica deve promover um processo ensino-
aprendizagem dinâmico que possibilite a apropriação ativa e criativa do conhecimento..
Palavras-chave: Linguagem, comunicação, competência linguística, competência
comunicativa pedagógica.
INTRODUCCIÓN
La historia de la comunicación marca sus inicios en los orígenes de la humanidad. Como
concepto ha venido evolucionando en virtud de estudios realizados por diferentes
investigadores, quienes la han analizado desde ltiples ciencias como: la Lingüística,
la Antropología, la Sociolingüística, la Psicología y la Pedagogía.
En la esfera educacional, la comunicación ha sido profundamente abordada por la
importancia que esta reviste como elemento mediador en el proceso de enseñanza
aprendizaje. Leontiev la define como: “la comunicación del maestro… con los escolares
en el proceso de enseñanza, que crea las mejores condiciones para desarrollar la
motivación del alumno y el carácter creador de la actividad docente, para formar
correctamente la personalidad del escolar” (Leontiev, 1979, p. 10).
La relación educación comunicación ha sido analizada de diferentes formas, a partir de
las cuales se han asumido una amplia variedad de criterios que van desde lo informativo
en la educación tradicional, hasta lo dialógico en la educación contemporánea.
Denominada por varios autores como comunicación pedagógica o educativa, en los
últimos años ha habido una tendencia orientada al término Competencia comunicativa
pedagógica o educativa. No obstante, independientemente de su denominación, todos
los investigadores coinciden en la estrecha unidad que existe entre comunicación y
educación, y en la necesidad de su perfeccionamiento para lograr un proceso docente
educativo que responda con mayor eficacia a las necesidades actuales de aprendizaje.
Hoy día el proceso de enseñanza aprendizaje se ve afectado por un incorrecto uso de
las habilidades comunicativas, en muchos casos se observa que existen deficiencias
asociadas a la limitada aplicación para formar un ambiente de aprendizaje favorable y al
poco uso del diálogo como vía para el intercambio de conocimientos y el desarrollo del
pensamiento crítico, la valoración y el aprendizaje autónomo.
Esta realidad evidentemente debe ser transformada ante la exigencia de un proceso de
enseñanza aprendizaje que demanda un profesional con habilidades comunicativas que
le permitan la utilización del diálogo como método de comunicación con los estudiantes
y entre los estudiantes mismos, lo que posibilitaría una educación más democrática y
constructora del conocimiento, donde tanto el docente como el discente sean emisores y
receptores del mensaje, según planteó Cloutier (1975).
Lo que la Educación Superior contemporánea reclama es un profesor competente en el
campo de la comunicación pedagógica, sobre la cual planteó Kan-Kalik (1987) tiene
importantes consecuencias como la creación de un clima psicológico que favorezca el
aprendizaje, la optimización de la actividad de estudio y el desarrollo de las relaciones
entre profesor y alumno y en el colectivo de estudiante (grupo).
A partir de la importancia que reviste la comunicación para el proceso enseñanza
aprendizaje y de las múltiples opiniones que sobre comunicación existen; en el presente
trabajo se pretende realizar un análisis conceptual del término competencia comunicativa
pedagógica. Para el logro de este propósito se realizó un análisis crítico de la teoa
existente sobre el tema y se asumieron ciertas consideraciones sobre la competencia
comunicativa pedagógica y los elementos que la caracterizan.
DESARROLLO
La competencia comunicativa
El término competencia comunicativa es relativamente joven, y su conceptualización ha
sido tratada tanto desde lo lingüístico como desde lo social. En la década de los sesenta
del siglo XX, el lingüista norteamericano Noam Chomsky (1964) incorpora al mundo de
la comunicación el término competencia, definiéndola como el conocimiento que el
hablante-oyente tiene de la lengua y estableciendo una distinción entre esta y la actuación
(el uso real de la lengua en situaciones concretas).
En su obra, Chomsky, revela un enfoque estructuralista y le asigna un papel
predominante a la lingüística, obviando los rasgos socioculturales de su uso. El autor
hace la distinción entre competencia lingüística y actuación, refiriéndose al conocimiento
que posee el sujeto sobre el sistema de reglas de la lengua y la utilización que hace el
sujeto de este sistema de reglas. Para él, la competencia ocurre solamente en el terreno
de lo lingüístico; lo cual podría no garantizar una comunicación eficiente.
Desde una óptica científica, se puede plantear que Chomsky asume una posición
reduccionista, limitándose solo a la lingüística como ciencia esencial para la definición del
término y no remitiéndose a otras ciencias cuyo objeto de estudio está muy relacionado
con la comunicación y desde donde se hacen aportes sustanciales a este proceso.
A finales de los os sesenta del siglo XX, el eminente etnógrafo Dell Hymes, critica la
teoría chomskiana refiriendo que no se trata solamente del dominio de estructuras
puramente lingüística, sino que la competencia comunicativa está condicionada por
elementos históricos y culturales que definen la formación y desarrollo de dicha
competencia.
Hymes en el año 1964 establece la competencia comunicativa relacionada con saber
cuándo hablar, cuando no, de q hablar, con quién, cuándo, dónde y en qué forma; es
decir, es tener la capacidad para crear enunciados que no sean solo lingüísticamente
correctos, sino también socialmente adecuados. Este autor en sus palabras define:
La competencia comunicativa es el término más general para la capacidad
comunicativa de una persona, capacidad que abarca tanto el conocimiento de
la lengua como la habilidad de utilizarla. La adquisición de tal competencia
está medida por la experiencia social, las necesidades y motivaciones, y la
acción, que es a la vez una fuente renovada de motivaciones, necesidades y
experiencias. (Hymes, 1974, p. 64)
Así pues, según este autor, la competencia comunicativa no exige del hablante solo el
conocimiento lingüístico y la habilidad para manejar la lengua, sino también saber
situarse en el contexto comunicativo adecuado, obedeciendo a formaciones culturales
específicas.
El término competencia comunicativa también ha sido ampliamente abordado por varios
investigadores de la Metodología y la Didáctica en la enseñanza de segundas lenguas,
en este caso, Savignon, S. (1972) se refirió a la competencia comunicativa como la
capacidad de los aprendices de la lengua para comunicarse con los demás estudiantes
de la clase, lo que el carácter funcional y significativo de la lengua y estableciendo una
relación entre la noción y la función.
Canale y Swain (1980), son dos autores que también profundizaron en el concepto de
competencia comunicativa, y lo hicieron refiriéndose a esta como compuesta por un
conjunto de competencias estrechamente relacionadas: la competencia comunicativa, la
competencia lingüística, la sociolingüística, la discursiva y la estratégica. Posteriormente,
J.Van Ek (1986), añade a estas cuatro competencias, la competencia sociocultural y la
competencia social.
El análisis de los criterios tratados anteriormente evidencia la forma progresiva en que se
ha venido profundizando en la conceptualización de la competencia comunicativa.
Partiendo de un enfoque estructuralista enunciado por Chomsky en los años 60, hasta su
futuro enriquecimiento por parte de otros investigadores, con elementos sociales,
históricos, cognitivos y afectivos.
Se puede concluir que la competencia comunicativa no se reduce solamente a procesos
lingüísticos, sino que incluye lo psicolingüísticos y sociolingüísticos, razón por la que
rebaza al conocimiento estructuralista de la lengua y hace manifiesta la influencia de
factores externos vinculados a las necesidades, intereses y motivaciones de los
implicados.
La competencia comunicativa pedagógica
La comunicación ocupa un lugar privilegiado en la esfera educativa. El proceso de
enseñanza aprendizaje es un acto comunicativo por excelencia, mediante el cual el
estudiante se apropia de los conocimientos necesarios para adaptarse a la realidad,
transformarla y desarrollar su personalidad.
Es esta la razón por la que hoy día el sistema educacional exige un proceso comunicativo
eficiente que sea capaz de propiciar el diálogo, estimular afectivamente al estudiante,
fomentar relaciones de colaboración entre ellos, favorecer el pensamiento crítico, la
creatividad y la construcción del conocimiento. De esta concepción de comunicación
dependerá en gran medida la calidad de la clase contemporánea.
El tema fue tratado por Lomov quien planteó: “la actividad educativa es una actividad
comunicativa por excelencia, en la que se manifiestan todas las funciones que le son
inherentes a esta última: informativa, afectiva y reguladora de la conducta” (Lomov, 1989,
p.14).
Por su parte la Doctora Fernández aseveró:
Enseñanza y aprendizaje son dos procesos que se dan en unidad: no existe
el enseñar si alguien no está aprendiendo. Sin embargo, son dos procesos
diferentes. La enseñanza la lleva a cabo una persona, mientras que el
aprendizaje ocurre en otra. Para que esto funcione debe existir por tanto un
vínculo entre ambos, que es el que se establece mediante la comunicación.
Es por ello que de la calidad de ese vínculo depende, en gran medida, la
calidad de la educación. (Fernández, Quaderns digitals.net, 2012)
La relación existente entre educación y comunicación no ha sido tema de discordancia
entre los investigadores del tema. Cada criterio, o concepto abordado,
independientemente del enfoque o la dimensión desde la que se haya elaborado, revela
la inexorable unidad que existe entre estos dos tipos de actividad.
No obstante, esto no argumenta que en el devenir de la relación educación comunicación
no hayan existido divergencias en cuanto a concepciones que han surgido como
respuestas a corrientes de pensamiento y contextos históricos determinados.
La comunicación en el ámbito pedagógico se ha evidenciado de diversas formas,
obedeciendo a situaciones históricas concretas y en virtud de intereses y tendencias que
asumen de manera diferente la educación del ser humano, la concepción del proceso de
enseñanza aprendizaje y la función de la comunicación como vínculo necesario. Esto ha
propiciado el surgimiento de diferentes formas de comunicación que han venido dando
respuesta a contextos específicos y han servido de base para el surgimiento de modelos
cada vez más comunicativos.
Díaz Bordenave establece tres modelos fundamentales que son tomados en el folleto
Comunicación educativa de la Doctora Iliana Domínguez: Modelo de educación que
hace énfasis en los contenidos, Modelo de educación que se centra en los efectos,
Modelo de educación que enfatiza el proceso (Domínguez, 2012, pp. 29-34).
Pero las formas en que debe establecerse la comunicación en el proceso de enseñanza
aprendizaje datan de tiempos muy antiguos y precisamente en la evolución de la
comunicación vinculada a la pedagogía, pudiéramos remontarnos a los tiempos de la
pedagogía griega y los educadores sofistas, entre ellos Sócrates y Platón quienes
reconocían como elemento esencial de la actividad educativa, el diálogo.
Ortiz refiriéndose al método empleado por estos educadores de la antigüedad planteó:
Constituye ese un pensamiento bien avanzado para la época que sienta las
bases para la evolución de la idea acerca de la formación de un profesional
que orienta su actuación en el ejercicio de la profesión con iniciativa, fruto
de una adecuada orientación y la posibilidad de activar el rol del educando
mediante un proceso participativo y dialógico. (Ortiz, 2013, p. 29)
Sin embargo, aunque desde la antigüedad se reconoce al diálogo como una forma de
comunicación esencial en la actividad educativa, la Pedagogía tradicional a inicios del
siglo XX se caracterizó por ser el maestro el centro del proceso, transmisor de información
y sujeto del proceso de enseñanza, situando al estudiante en una posición de objeto
receptor de información, con escasa posibilidad para el diálogo y la construcción colectiva
del conocimiento.
En la primera década del siglo XX con el nacimiento de La Escuela nueva, se crítica al
modelo transmisor, bancario y autoritario de la escuela tradicional, y se resalta el papel
del estudiante como ente activo del proceso de aprendizaje y la función del profesor como
movilizador y facilitador de la actividad física e intelectual. El estudiante pasa a ser el
centro del proceso enseñanza-aprendizaje y el maestro actúa como guía.
Para Freire (1979) educación y comunicación son parte de una unidad, establece que el
proceso comunicativo en la educación no puede considerarse como unidireccional, sino
que la comunicación en el aula es mucho más que eso, es intercambio, es interacción
entre el profesor y sus alumnos y entre los alumnos mismos. Lo ve como un proceso de
colaboración en busca de un lenguaje común.
Una postura similar asume Martí sugiriendo no impartir las clases, sino compartir. En su
escrito Maestros ambulantes de mayo de 1884 planteó: “No enviaremos pedagogos por
los campos, sino conversadores. Dómines no enviaremos, sino gente instruida que fuera
respondiendo a las dudas que los ignorantes le presentasen o a las preguntas que les
tuvieran preparados para cuando vinieran…, (Martí J. , 1976).
Para Martí la clase no era más que un acto conversacional, donde el contenido se
transmitía y asimilaba de una forma natural, sin acudir al lenguaje falso y premeditado; la
clase debía fluir como acto espontáneo de comunicación. No debía caracterizarse por el
academicismo y el formalismo pedagógico sino por la virtud del discurso espontáneo y el
ambiente familiar.
Carl Rogers y su Pedagogía no directiva (1989) también comparte este enfoque de la
comunicación educativa, reconociendo al estudiante como persona que aprende, como
sujeto del proceso y no objeto receptor. Al respecto el autor planteó que ni el padre, ni el
maestro, ni el terapeuta debían dirigir la conducta del no, sino sólo debían facilitarla.
Ojalvo V. y otros sobre el tema refieren:
Las concepciones más recientes de la comunicación educativa o
pedagógica, como también se ha denominado, la definen como un proceso
inseparable de la actividad docente, donde intervienen diversas prácticas
de interacción. Estas prácticas comunicativas se expresan tanto en el aula -
a través de diferentes lenguajes: el escolar, el magisterial, el lenguaje de los
alumnos y el lenguaje de los textos, como en las metodologías de enseñanza
aprendizaje y en las relaciones que establece la escuela con su contexto
social. (Ojalvo & Otros, 1999, p. 49)
Para estos autores, la comunicación forma parte de una unidad indisoluble con la
actividad docente, y no se limita solamente al uso del lenguaje del profesor y los alumnos,
sino que involucra otros elementos propios del proceso de enseñanza aprendizaje como
son los métodos, los medios y el contexto.
En los criterios abordados por los diferentes autores se revela la forma en que el proceso
de comunicación educativa ha venido propiciando una educación más democrática,
participativa, constructora del conocimiento y de la personalidad, donde tanto el docente
como el discente pasan a ocupar el papel de sujetos de la comunicación.
Dentro de la pedagogía cubana contemporánea la Doctora Ojalvo en su obra asume
definiciones mucho más enriquecidas sobre el proceso de comunicación en la educación
y lo caracteriza con elementos precisos como interacción, intercambio, creación de clima
psicológico favorable y desarrollo de la personalidad.
Es un proceso de interacción entre profesores, estudiantes y entre estos
entre si y de la escuela con la comunidad que tiene como finalidad crear un
clima psicológico favorable para optimizar el intercambio y recreación de
significados que contribuyan al desarrollo de la personalidad de los
participantes. (Ojalvo & Otros, 1999, pág. 54)
La Doctora Fernández revela cómo debe ser la comunicación en el proceso de
enseñanza aprendizaje, asumiendo una postura crítica con respecto al método
tradicional de enseñanza.
La enseñanza con el método tradicional expositivo-declarativo, en que no se
desarrolla la capacidad de reflexión del alumno ni su participación en la
construcción del conocimiento, tiende a ir convirtiéndolo en un objeto pasivo,
inseguro de sus posibilidades y su saber, rígido y desinteresado por el
conocimiento, generando lo que se ha dado a llamar una orientación pasivo-
descriptiva del educando hacia el conocimiento que va irradiándose hacia
todas sus esferas de actuación. (Fernández, Quaderns digitals.net, 2012)
Muchos autores han abordado el proceso de comunicación que ocurre en el ámbito
pedagógico como comunicación pedagógica o educativa y recientemente como
Competencia comunicativa pedagógica (o educativa) pero al respecto Báxter (1999)
señaló que la educación tanto en su sentido más amplio, como más estrecho, se
desarrolla a través de la comunicación; tanto oral, escrita y no verbal. Esta comunicación
cuando se produce en el ámbito de la escuela la definimos como pedagógica, y la que se
da en el plano social, con un objetivo educativo; es la que denominamos educativa, esta
comunicación penetra a la comunicación pedagógica.
Varios han sido los enfoques asumidos para la conceptuación del acto comunicativo en
el proceso de enseñanza aprendizaje, pero independientemente del término utilizado,
existen puntos de contactos entre las posiciones asumidas por los autores.
En la opinión del investigador la comunicación educativa se hace competente en la
medida en que se sea capaz de establecer un ambiente afectivo, que propicie un estado
de confianza entre los implicados y posibilite un flujo de información adecuado, donde,
no queden espacios para la aparición de barreras comunicacional que interfieran en la
posibilidad de que los estudiantes manifiesten sus criterios.
CONCLUSIONES
1. En el proceso de desarrollo del hombre como ser social, la comunicación
desempeña una función determinante: permitir al individuo comportarse como
miembro pleno de la sociedad.
2. En el marco conceptual de la competencia comunicativa pedagógica, hay ante
todo que revelar los nexos existentes entre lo lingüístico, lo socio histórico y lo
psicológico.
3. De la escuela tradicional hasta la contemporaneidad, la comunicación ha
evolucionado de la transmisión unidireccional de la información a lo dialógico,
modificando considerablemente la relación profesor alumno y asignándole a
ambos el papel de sujetos dentro del proceso de enseñanza aprendizaje.
4. La competencia comunicativa debe propiciar un proceso de enseñanza
aprendizaje dinámico, interactivo, que estimule el pensamiento crítico, la
colaboración y posibilite la apropiación activa y creadora del conocimiento.
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