Prevalencia de accidentes de niños menores de diez años en el hogar y factores de riesgo
Prevalence of childhood accidents in the home and risk factors.
Prevalência de acidentes com crianças menores de dez anos em casa e fatores de risco
Gloria Omonte Ferrufino
1
ALSIE Consultores Pedagógicos, Universidad Autónoma del Beni Bolivia
ID ORCID: https://orcid.org./0000-0001-8211-3196
E-mail: gloriaomontef@gmail.com
Resumen
La investigación busca describir los accidentes de niños menores de diez años, producidos en el
ambiente del hogar y los factores de riesgo presentes, en relación a las características de los niños y de los
cuidadores. Los métodos utilizados en el estudio son los teóricos y empíricos, que permiten analizar y presentar
los datos de las entrevistas a cuidadores de niños y observación de los factores de riesgo presentes en el hogar.
La conclusión del estudio es que los niños están expuestos a factores de riesgo presentes en el hogar, la
prevalencia de accidentes es muy alta en relación a lo estimado por la OMS. La seguridad depende más que
todo de la protección que los adultos pueden proveer sobre todo en el control de los factores de riesgo
presentes en el hogar.
Palabras clave
Accidente, accidente en el hogar, accidentes de niños, factores de riesgo, cuidador.
Summary
The research seeks to describe accidents involving children under ten years of age, which occur in the
home environment and the risk factors present, in relation to the characteristics of children and caregivers. The
methods used in the study are theoretical and empirical, which allow the analysis and presentation of data from
interviews with caregivers of children and observation of risk factors present in the home. The conclusion of the
study is that children are exposed to risk factors present at home, the prevalence of accidents is very high in
relation to what is estimated by the WHO. Safety depends above all on the protection that adults can provide,
especially in the control of risk factors present in the home.
Keywords
Accident, home accident, child accidents, risk factors, caregiver.
Resumo
A pesquisa busca descrever os acidentes envolvendo crianças menores de dez anos, que ocorrem no
ambiente domiciliar e os fatores de risco presentes, em relação às características das crianças e cuidadores. Os
métodos utilizados no estudo são teóricos e empíricos, que permitem a análise e apresentação de dados
provenientes de entrevistas com cuidadores de crianças e observação de fatores de risco presentes no domicílio.
A conclusão do estudo é que as crianças estão expostas a fatores de risco presentes em casa, a prevalência de
acidentes é muito alta em relação ao que é estimado pela OMS. A segurança depende sobretudo da proteção
que os adultos podem proporcionar, principalmente no controle dos fatores de risco presentes em casa.
Palavras-chave: Acidente, acidente doméstico, acidentes infantis, fatores de risco, cuidador.
Palavras chave
Accidente, accidente en el hogar, accidentes de niños, factores de riesgo, cuidador.
1
Enfermera de profesión, Magister en Educación Superior, especialista en salud pública, docente universitaria.
Introducción
La salud infantil y escolar es una preocupación permanente para los padres y el sistema de salud; su
seguridad y protección depende de las personas que los rodean, en particular de los adultos.
A nivel mundial, cada año más de dos mil familias enfrentan la pérdida de un niño debido a diversos
accidentes. La tristeza que experimentan madres, padres, hermanos, abuelos y amigos cercanos es
inconmensurable y a menudo impacta a comunidades enteras (Organización Mundial de la Salud [OMS], 2021).
Resumen
La OMS define un accidente como un: "Acontecimiento fortuito, generalmente desgraciado o dañino,
independientemente de la voluntad humana, provocado por una fuerza exterior que actúa rápidamente y que
se manifiesta por la aparición de lesiones orgánicas o trastornos mentales" (Torres Márquez, 2010).
La frecuencia de accidentes en los hogares es alta, ya que los niños, debido a su desarrollo y su
curiosidad natural, están en riesgo constante de sufrir lesiones por caídas, quemaduras, intoxicaciones,
electrocuciones y otros (OMS, 2021).
Hasta los diez años, las lesiones causadas por accidentes representan la principal amenaza para la
supervivencia infantil, además de ser una causa significativa de discapacidades que pueden afectar diversas
áreas de la vida del niño, como las relaciones personales, el aprendizaje y las actividades recreativas (OMS,
2021).
Las caídas son responsables de aproximadamente la mitad de las visitas infantiles a los servicios de
urgencias hospitalarias. Aunque muchas, solo resultan en raspaduras o moretones menores, cada día 130 niños
mueren a causa de este tipo de accidentes (Medina-Gómez, 2015). Muchas de estas caídas son prevenibles
mediante la instalación de dispositivos de seguridad en las ventanas y el uso de productos diseñados para
proteger a los niños, asegurando el cumplimiento de las normativas de seguridad (OMS, 2021).
A nivel internacional, los principales tipos de accidentes que afectan a los niños incluyen accidentes de
tráfico, ahogamientos, quemaduras, caídas e intoxicaciones no intencionales. Según Medina-Gómez (2015): La
prevalencia de accidentes en el hogar fue del 67% (n=193; IC 95%: 61,6-72,4), siendo las recámaras el lugar más
frecuente de ocurrencia de los accidentes (19,4 %), seguido por la sala (18,2%) y la cocina (17,0%).” Los niños
que viven en comunidades empobrecidas están particularmente expuestos a riesgos debido a condiciones de
vida peligrosas, como hogares con fuego abierto, ventanas sin protección y escaleras inseguras, además de la
cercanía a áreas de tránsito rápido y denso. Por lo general, carecen de espacios adecuados para jugar con
seguridad (Medina-Gómez, 2015).
En la ciudad de Trinidad, Beni Bolivia, también se observan numerosos accidentes, tanto en los hogares
como en las Unidades Educativas, parques y vías de comunicación. Durante el tercer trimestre de 2019, el
servicio de emergencias del Hospital Materno Infantil de Trinidad atendió a 238 pacientes, de los cuales el 26,5%
presentaba lesiones por accidentes, tales como fracturas, trauma craneoencefálico, heridas, intoxicaciones,
quemaduras, cuerpos extraños y mordeduras de animales (Hospital Materno Infantil, 2019).
Los hogares presentan un sin número de factores de riesgo, los que pasan desapercibidos mientras no
suceda un imprevisto, no son tomados en cuenta; los estudios de Medina refieren que:
El 26% no tienen un compartimento para los cuchillos, el 82% refieren que los productos de limpieza
no están fuera del alcance del menor. Al momento de cocinar, el 82.3% de los encuestados no están
cerca del menor para su vigilancia, el 68% no tienen protección en clavijas o enchufes. El 89% de los
cuidadores estudiados refieren tener medicamentos en el hogar. Los lugares más frecuentes para
guardar medicamentos son: botiquín (18.4%), bolsa de plástico (14.2%) y en un mueble (9.0%). De
los cuidadores encuestados, 163 personas (56.6%) utilizan algún tipo de insecticidas. Los lugares
donde los guardan habitualmente son: el closet, cualquier sitio alto y el baño. El 33.3% refieren tener
solventes o pinturas en el hogar, y el lugar donde los guarda con más frecuencia es en la azotea
(33%). (Medina Gómez 2015, p. 118).
Según el Informe Mundial sobre Prevención de Lesiones en Niños de la Organización Mundial de la
Salud (2019), junto con el Fondo de las Naciones Unidas para la Infancia (UNICEF) y otros socios, se han
implementado acciones para hacer de la prevención de lesiones una prioridad en la salud pública mundial. La
OMS informa que estas acciones han logrado reducir la mortalidad infantil por accidentes en un 22% (OMS,
2019).
Para el caso de los accidentes en el hogar, si los factores de riesgo son identificados y se procede a
establecer medidas preventivas, se podría disminuir la ocurrencia de los mismos. La población infantil este a
expensas de la voluntad de la población adulta responsable del cuidado de los niños.
Ramírez (1989) establece que los accidentes son sucesos inesperados atribuidos al azar, que no es, el
caso de las lesiones producidas en el hogar, ya que: Se han estudiado muy bien las causas de este tipo de
lesiones, lo que proporciona las bases para impulsar programas preventivos de efectividad demostrada; por lo
tanto, los mal llamados accidentes, tienen su estructura causal y no son casuales”.
El objetivo del artículo es la socialización y análisis comparativo de los resultados de los factores de
riesgo presentes en el hogar para la ocurrencia de accidentes de niños menores de 10 años.
Metodología y métodos
Para la realización del estudio, se recurrió a métodos empíricos como la observación (en la visita a
hogares) y medición de los resultados.
Las técnicas aplicadas fueron: la entrevista a responsables del cuidado de los niños, sobre la base de
un cuestionario estructurado y una guía de observación cuyos indicadores se centraban en los factores de riesgo
en el hogar.
El estudio fue realizado en el periodo de junio a diciembre del año 2023. La muestra estimada para el
estudio fueron 72 responsables de cuidado de niños menores de diez os, sobre la base del cálculo muestral
probabilístico con un nivel de confianza del 95 % y un margen de error del 5 %, considerando la probabilidad de
ocurrencia de accidentes del 80 %, en una población de 100 familias. La cantidad de menores de 10 años
encontrados en los 72 hogares fue de 101.
El estudio planteó la indagación de tres factores: características del niño (huésped), estudio del entorno
social y factores de riesgo presentes en el hogar.
La entrevista a los responsables del cuidado de los niños estableció los antecedentes de accidentes en
el hogar, tipos de lesiones y la gravedad de estos. Se indagó sobre las características de los responsables del
cuidado de los niños, presencia o ausencia de padres, mientras que mediante la guía de observación se pudieron
determinar las condiciones de la vivienda: orden, limpieza y presencia de factores de riesgo físico biológico o de
otra índole.
Resultados y discusión
El barrio “Villa Vecinal” está ubicado en la ciudad de la Santísima Trinidad, capital del Departamento
del Beni del Estado Plurinacional de Bolivia, continente sud americano. Se encuentra en la región nor este de la
ciudad, en el distrito 7 del área urbana, Red 01 de salud. Este barrio se fundó el 13 de mayo de 1978, se
encuentra a 5 Km de la Plaza principal y utilizando el medio de transporte más común que es la motocicleta, se
llega al barrio en 30 minutos.
Sobre la prevalencia y características de los accidentes, el 100 % de las familias revelan que en su hogar
han ocurrido accidentes con todos los niños menores de 10 años. Cada niño, independientemente de su edad,
ha sufrido accidentes a lo largo de su corta vida, desde uno a doce accidentes, situación que llama la atención
ya que es un tema muy recurrente, sin embargo, estos hechos se desconocen en el sector salud.
Los accidentes empiezan desde el primer mes de vida, lo cual es muy llamativo, considerando que los
bebés no se desplazan ni siquiera en su propia cama. A partir de los 9 meses se incrementa la posibilidad de
accidentes, dado que los niños se mueven por mismos. Si bien se encontró casos de niños menores de un
año, con antecedentes de accidentes y la mayor incidencia se da a partir de los 3 años.
Hay que destacar la edad de inicio de los accidentes: primer mes de vida, considerando que estos niños
son incapaces de desplazarse por mismos, situación que merece una mayor indagación. También se puede
apreciar la alta frecuencia de accidentes en niños de 3 años similar a los de 9 años, accidentes que por su carácter
leve no han merecido mayor atención.
Ante la interrogante de la gravedad de los accidentes, el 17 % ha buscado ayuda hospitalaria, ya que
los accidentes fueron entre graves y muy graves, incluso con riesgo de perder la vida; sin embargo, el 63 %
considera que los accidentes fueron no graves y que no necesitaron seguimiento del personal de salud porque
fueron atendidos por la familia. El 20 % indica que los accidentes no fueron graves, pero que necesitaron
tratamiento médico.
En el gráfico siguiente se refleja el número de veces en que se produjeron diferentes accidentes.
Obsérvese que, en los resultados obtenidos, el 100% de los niños ha sufrido accidentes que se repiten
desde 2 hasta 14 veces en el mismo niño, lo que resulta muy significativo y no debe escapar del análisis que se
está realizando.
Aplicando pruebas estadísticas, se encuentra una media de 4.5 accidentes y un promedio de 5,25
accidentes por niño, datos muy elevados, considerando que el derecho del niño es recibir protección y seguridad
de parte de su entorno familiar, que no solo es por obligación, sino sobre todo por el amor que implica tener un
niño al que hay que garantizar una vida segura.
La OMS registra que el 65% de los niños sufren accidentes en el hogar, en el presente caso este
porcentaje sube a 100 %, situación que debe llamar la atención del personal de salud para tomar acciones de
prevención.
50%
18% 14%
3% 4% 6%
0% 0% 0% 4% 1%
0%
10%
20%
30%
40%
50%
60%
1 2 3 4 5 6 7 8 9 10 11
Las caídas representan el 70 % de los accidentes en los niños, provocando lesiones leves, media, grave
y muy grave, dependiendo del factor de riesgo, área del accidente o la edad del niño. Las caídas pueden
ocasionar traumatismos y dejar lesiones permanentes como discapacidad o muerte en casos extremos,
situaciones que pondrán en conflicto a la familia, por las tensiones emocionales, sentimientos de culpa y gastos
derivados de la atención al accidente.
Las caídas en los niños pueden ser parte de la vida mientras se encuentra en proceso de aprender a
ponerse de pie, caminar, correr o montar bicicleta; sin embargo, en las encuestas se trató de diferenciar caídas
“normales” de caídas accidentales, como las producidas desde alturas o tropezones por objetos que entorpecen
el desplazamiento, pisos resbalosos o desnivelados. Los niños por su edad requieren de una supervisión directa
de personas que aun sin tener lazos de afecto, deben garantizar la seguridad y también advertir posibles riesgos.
Debe comprenderse la importancia de establecer acciones preventivas de acuerdo con la edad del niño y el
entorno del hogar, al aplicar medidas de protección como barandas, orden, limpieza, almacenamiento correcto
de alimentos, medicamentos y otros objetos, procurando además contar con ambientes amplios y libre de
objetos.
Las cortaduras que provocan lesiones de heridas conjuntamente con las quemaduras por sustancias u
objetos calientes ocupan los segundos lugares en la escala de tipos de accidentes. Los choques entre personas
o contra muebles son característicos en todas las edades de los niños.
El reporte de ahogamiento es menor, considerando los riesgos de existencia de recipientes con agua
sin cubrir, como tanques o depósitos de cemento denominados noques.
En lo relacionado con los tipos de lesiones, la familia considera que el 39 % de estas, están ocasionadas
por los accidentes que provocaron traumas graves. Esta apreciación es de carácter subjetivo, ya que no se
reportan casos de muerte; sin embargo, es cierto que cualquier lesión y de la magnitud que sea en niños,
constituye de por una tragedia familiar, no necesariamente compatible con el grado de emergencia en el
servicio de salud.
Sin embargo, las fracturas, heridas cortantes, ahogamiento, atragantamiento, intoxicaciones y asfixia
son de alerta y movilización inmediata. Cualquier lesión y según la edad del niño implica gravedad por los riesgos
de vida o muerte, también por el efecto socio emocional para los padres, la familia y la comunidad.
Los resultados de la entrevista sobre el entorno, muestran que el 80.3% es propietaria de la vivienda y
tiene la opción de hacer las reparaciones o arreglos necesarios para evitar los factores de riesgo de accidente.
La vivienda propia también refleja un grado de inseguridad porque da opción a la familia de acumular objetos a
veces inservibles en las áreas de circulación.
Los padres que habitan viviendas de alquiler, no tienen la libre disponibilidad de todos los ambientes
de la vivienda para guardar objetos en desuso o no se comprometen con el orden y limpieza de los ambientes
externos y áreas comunes.
La vivienda propia permite también planificar el crecimiento de la familia y así evitar el hacinamiento
o el apilamiento de muebles u objetos que ponen en riesgo a los niños.
Entre los factores de riesgo identificados en las viviendas, predomina el acceso libre a la cocina, hallazgo
que coincide con lo encontrado en el estudio de los factores de riesgo relacionados con los accidentes
domésticos: “acceso libre al área de la cocina, 98 %” (Pacios Alfonso & Salazar Casanova, 1998).
La existencia de objetos corto punzantes en cualquier área del hogar, es el segundo factor de riesgo
encontrado, desde herramientas menores como estiletes, tijeras, cuchillos, hasta herramientas medianas como
machetes, hachas y otros de uso doméstico, lo que revela la falta de orden y protección.
La presencia de animales domésticos es un tercer factor muy frecuente, sumado al libre contacto de
los niños con estos, lo que origina el riesgo de mordeduras y caídas entre otros.
El desorden en el hogar predispone a poner objetos pequeños al alcance de los niños, que puede
producir asfixia por atragantamiento, porque el niño lo introduce en orificios naturales como oídos, nariz y boca.
Los depósitos de agua son demasiado frecuentes, ya que el Barrio “Villa Vecinal” no cuenta con red de
agua potable, las familias deben comprar el agua de las cisternas distribuidoras, lo que obliga a tener en el
mejor de los casos “noques” o tanques de agua que son depósitos construidos de cemento, en general, sin
cubierta y de nivel bajo; es decir su construcción es generalmente dentro la tierra y su superficie es a escasos
centímetros de la superficie , situación que conlleva al peligro de ahogamiento. Las familias con menos recursos
tienen turriles, ollas grandes y/o bañeras donde reciben el agua y estos constituyen un peligro, para los más
pequeños, ya que ellos pueden caer en estos depósitos sin que los adultos lo noten.
Las áreas de accidentes más frecuentes son: los patios, a diferencia de lo encontrado en el estudio de
los factores de riesgo relacionados con los accidentes domésticos: “La cocina es el área más peligrosa” (Pacios
Alfonso & Salazar Casanova, 1998). Este resultado se debe a que los patios tienen mayor cantidad de elementos
peligrosos, objetos en desorden, punzo cortantes al nivel de los pisos al que los niños acceden con mayor
frecuencia.
Los dormitorios ocupan también un lugar importante para los accidentes, sobre todo para los niños
pequeños que aún no tienen la capacidad de caminar y correr, donde se presentan las caídas de cunas, camas y
golpes en la pared. La sala es un ambiente de riesgos, por la presencia de muebles o electrodomésticos como
televisores, equipos de sonido, que pueden caer sobre los niños, si estos juegan y chocan contra estos objetos,
Así mismo la presencia de enchufes sin protección, espejos, cuadros o pinturas que llaman la atención de los
niños o simplemente no los toman en cuenta al momento de jugar.
Los sillones, sillas y mesas se convierten en áreas de juegos peligrosos sobre todo en niños mayores de
cinco años.
Los resultados de la entrevista a responsables del cuidado de los niños sobre sus características y
condiciones personales dan como resultado: por naturaleza los padres son los responsables del cuidado de los
niños; sin embargo, por diferentes razones de carácter sociolaboral muchas veces los padres dejan en manos
de otras personas el cuidado de los niños, como refleja la figura que muestra a los hermanos (43%) como
responsables del cuidado de los niños, seguido de los abuelos.
Las condiciones sociales de los padres, influyen en la responsabilidad del cuidado de los niños en el
hogar, en primera instancia por la permanencia o ausencia de los padres que hace que otros se ocupen de velar
43
32
8
30
14
0
5
10
15
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25
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35
40
45
50
Hermanos
mayores
Abuelos Tios Empleadas Vecinos Otros
por su seguridad. El nivel de ingresos relacionado con el nivel de estudios es otro factor preocupante porque los
niños suelen quedar solos, debido a que los ingresos de los padres son limitados, se destaca que este resultado
coincide con lo expresado por Medina -Gómez (2015): “en investigaciones previas se manifiesta una mayor
prevalencia de accidentes con un bajo nivel de ingreso de los padres”.
Los ingresos económicos sin duda condicionan el bienestar de los niños, ya que la familia no puede
tener condiciones óptimas de seguridad en la vivienda y más aún, al momento de dejar a los niños al cuidado
de terceras personas, estos son los mismos integrantes de la familia: hermanos, abuelos u otros.
El lugar de trabajo de los padres revela que el 58 % de los padres cuentan con trabajo en su casa propia,
ya sea de un comercio a escala media o menor, prestación de servicios como lavandería, elaboración de
alimentos, como almuerzo, empanada y/o bola. El 42 % trabajan fuera del hogar, como empleados de una
institución o particulares.
La importancia de esta variable radica en la responsabilidad que debe mantenerse ante el cuidado de
los niños. Si el o los padres trabajan en el hogar, los niños no deben estar aislados, solos y sin control por parte
de adultos que estén a cargo de su seguridad y protección.
Para el caso del presente estudio la frecuencia de accidentes es similar en familias donde los padres
están presentes, como cuando están ausentes. En ambos casos los accidentes ocurren por la falta de vigilancia
y protección de los factores de riesgo; no se aplican medidas de prevención demostrado por la repetición de
accidentes en el mismo niño.
Los responsables del cuidado del niño son los padres, se obtuvo como resultado que en ausencia de los
padres los responsables son los hermanos mayores que son adolescentes, jóvenes o adultos, seguido de los
abuelos, tíos, empleadas.
El riesgo de sufrir accidentes se incrementa cuando el cuidado de los niños está bajo la responsabilidad
de hermanos mayores, no se garantiza seguridad, ni protección por la falta de experiencia y autoridad.
Los segundos responsables del cuidado de los niños son los abuelos, que en muchos casos es .de mucha
efectividad, dado que ellos se preocupan del bienestar de los nietos y están pendientes de las travesuras y la
protección. Sin embargo, suele suceder que los padres no están de acuerdo con ciertas prácticas de disciplina
que establecen los abuelos y esto puede derivar en la libre determinación de los niños al realizar sus actividades
de juego.
Es necesario tener en cuenta el nivel de responsabilidad que se alcanza cuando se va a cuidar a un
menor y la importancia de que esas personas sean conscientes de los peligros a los que están expuestos.
Sobre el conocimiento de prevención de accidentes, el 92 % de cuidadores reveló en la entrevista que
conoce sobre prevención de accidentes; sin embargo, la estadística de ocurrencia de accidentes no refleja que
se tomen acciones preventivas en el hogar. Aun sabiendo que los accidentes suceden de manera intempestiva,
el tomar acciones preventivas reduce el riesgo de que ocurran.
Los medios de comunicación constituyen la primera fuente de información sobre prevención de
accidentes, pero por su carácter unilateral y sin retorno para la evaluación del aprendizaje, no son confiables:
aún fueran conferencias, mensajes por redes sociales u otros, no garantizan la comprensión y relevancia del
tema.
Conclusiones
La ocurrencia de accidentes en el hogar deriva de factores del mismo niño, que por su naturaleza va
asimilando diariamente conductas, tareas y el desarrollo de habilidades que pueden exponer su seguridad. No
obstante, es necesario que experimente retos; pero estos se convierten en causas de accidentes si no existe la
correcta supervisión. La curiosidad o deseo de experimentar le lleva a realizar actos inseguros; razón por la que
es necesario comprender la importancia de no dejar a niños solos o al cuidado de menores; por ello es esencial
trabajar con la familia, cuidadores y personas a cargo de la seguridad de los menores, porque la indolencia no
debe ser la causa de que prevalezcan cifras tan alarmantes como reflejo de accidentes domésticos que inciden
en el bienestar de los niños.
Los factores de riesgo presentes en el hogar pasan desapercibidos para poblaciones mayores; sin
embargo, para la población infantil y población adulta mayor se constituyen en serios peligros para su integridad
física. Se hace necesario identificar estos factores provenientes del entorno físico y psicológico para aplicar las
medidas preventivas, lo que alude a pisos a pisos con desniveles, irregulares y/o resbalosos, desorden, presencia
de animales y plantas. Las condiciones de pobreza se suman a la presencia de riesgos que pueden estar en
depósitos de agua, cocina a leña, falta de ambientes propios de cocina y situación laboral de los padres.
La responsabilidad de tener al cuidado a menores debe ser tomado como algo muy importante. Es
necesario capacitarse para comprender el proceso de desarrollo infantil, orientar los procesos educativos libres
de riesgo, moldear las conductas de orden, disciplina y responsabilidad son tareas de los cuidadores. El estar en
la misma casa con los niños sin velar por las acciones que ellos realizan, es no estar al cuidado de ellos; cuidarlos
significa organizar actividades de aprendizaje seguro, recreación y descanso saludables.
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Contribución autoral
Gloria Omonte Ferrufino, responsable de la identificación del problema, planteamiento de la
investigación, recolección de información y elaboración de resultados.
Conflicto de intereses
La autora declara que no tiene ningún conflicto de intereses.